miércoles, 25 de mayo de 2011

Hay bastantes lugares aca

El otro día venía sentado (durmiendo) en el colectivo. Estaba muy cansado porque había estado dos días sin dormir gracias a una entrega que tenía en la facu.
En eso abro un ojo para ver por donde iba el colectivero y veo que se sube una Sra. mayor. Habían un par de asientos adelante libres entonces no me preocupe y seguí durmiendo.
Pasa un ratito (la verdad que no sé cuánto fue, podrían haber sido 40 minutos, pero creo que fueron 2) y escucho un ajammm, abro un ojo y levanto la vista, la Sra. mayor parada al lado mio mirándome. Cerré los ojos de vuelta porque ya me imaginaba lo que estaba por pasar. Ajammm escucho de nuevo y la vieja, si ya no es una Sra. mayor, es una vieja, y bien rompe bolas. Miro para adelante y ahí había un asiento libre, pero parece que la vieja quería el mio. Yo pensaba: Sra. hace 2 días que no duermo (literal) y sé que usted pasó toda su vida ya, pero porque no va y le rompe las pelotas a otro que yo estoy durmiendo. Daaale! Por favor te lo pido viejitaaa! Allá tenes un asiento libre, anda a ese.
Así que, sí, por ahí estuve mal, pero el asiento no se lo di. Yo hace dos días que no había dormido y estaba muy cansado y quería dormir. Que dios me perdone pero ese asiento era mio y la vieja tenía uno mas adelante. No quiero limpiarme la conciencia, pero sé que tenía razón.
Odio cuando las Sras. mayores se transforman en viejas hinchapelotas.